lunes, noviembre 30, 2009

Fotografìa de David Moore

Dice Silvia que hoy le duelen los ovarios. Durante unas horas los pellizcos le recuerdan que aùn puede ser madre, que aùn hay tiempo, que su cuerpo està listo.
Dice que las mujeres vemos como nuestro cuerpo se prepara todos los meses para esto, aunque no queramos hacerle caso, aunque nuestro pensamiento desee pasar de largo.
Durante unos días al mes recordamos que nuestro interior, es tierra, es futuro, es cobijo.

domingo, noviembre 29, 2009

Fotografìa de Sherman Hines

Dice Silvia que muchos de nosotros vivimos en la tristeza como si èsta fuera una placenta.
Dice que a veces, no queremos salir de ahì, no deseamos arriesgarnos a ser felices, no queremos obligar al corazòn a que modifique su posición fetal, no queremos mezclarnos con la sangre, con la vida.
Dice que a veces, no nos damos cuenta pero estando ahì tibios, protegidos, recibiendo el alimento que la tristeza misma nos deja, nos volvemos cobardes y nada nos importa, salvo permanecer acurrucados, lejos de los demás, lejos del amor, del deseo y de la risa.

sábado, noviembre 28, 2009

Fotografìa de Blue Mitchell

Dice Silvia que a veces es cansado ser poeta. Dice que se le amontonan papeles, pensamientos, deseos, quejas, y no le alcanza vida para ordenarlo todo.
Dice que muchas veces ha intentado cerrar los libros, guardar las palabras, salir a la calle como antes, sin esa mirada, sin esa voz, sin sentir que lo cotidiano necesita su voz para expresarse. Dice que ella sabe que el mundo no anda ni màs rápido ni màs despacio sin su presencia, que después de ella habrá otros, que siempre hubo poetas.
Dice que de vez en cuando necesita una tregua, dejar su corazón en manos de otros, que sean otros los que digan.
De vez en cuando necesita taparse los oídos, cerrar los ojos y soñar sueños hermosos, como antes, como antes, como antes….

viernes, noviembre 27, 2009

Fotografìa de Daniel Milnor

Dice Silvia que cuando el amor va agotàndose, extenuado, y queda a los pies de la cama, cuando se le da de comer en solitario, cuando sòlo tiene una voz, cuando no mira a su alrededor, cuando habla en primera persona una y otra vez es imposible, dice, mantenerlo tibio bajo las sàbanas.
Dice que esto es una evidencia, ocurre asì. lo que antes era entrega, se convierte tristemente en indiferencia y no se puede hacer nada para recuperarlo, nada, solo esperar que regrese con otra voz, con otras pieles.

miércoles, noviembre 25, 2009

Dice Silvia que el viento golpeò toda la noche las paredes de su casa, parecía un animal herido luchando contra la muerte. Dice que al amanecer se rindió y quedó un aire suave, dòcil, agradable.
Dice que le pareció la metáfora del ser humano, rebelàndose salvaje, golpeando las paredes del corazón, resistiendo hasta agotarse, hasta rendirse a los pies de la vida, hasta aceptar que la muerte es ese aire suave que llega al amanecer después de una noche tremenda y larga.

martes, noviembre 24, 2009

Dice Silvia que nos están robando las preguntas. Esas interrogantes fundamentales, que engrasan el corazón y hacen que ande.
Dice que las están robando poco a poco. Sin darnos cuenta vamos quedándonos con lo puesto, piel y huesos.
Dice que es hora de recuperarlas, a todas.
Es hora de tenerlas de nuevo en casa,
Sin ellas, dice Silvia, sin preguntas que llevarnos a la boca, seremos pronto hombres y mujeres mansos, autómatas impasibles ante el dolor ajeno y el propio.


domingo, noviembre 22, 2009

Dice Silvia que esta sociedad tiene demasiada prisa. Vivimos empujándonos unos a otros como si quisiéramos ser los primeros en llegar a ningún sitio.
Dice que vivir asì de acelerados nos impide mirar para adentro, interrogarnos, detenernos un instante para descubrir el lugar exacto donde se esconden nuestros dolores.
Dice que le gustaría que un dìa cualquiera el mundo se parara en seco. Y cada uno tuviera que escuchar a su corazón atravesando el silencio.
Dice que seguramente, muchos de nosotros, descubriríamos que no estamos huecos, que podemos mirarnos sin desprecio, que podemos amarnos sin miedo.
Y todo cambiarìa.

viernes, noviembre 20, 2009

Fotografìa de David Moore

Dice Silvia que ella tiene miedo. Si.
Dice que muchas veces no puede evitarlo y siente que el mundo es un lugar hostil y entonces no tiene deseos de hacer nada, de pensar nada y trata de detener su corazón, de mantenerlo a raya para que no le marque el compàs terrible de sus temores. Dice que esto le ocurre a veces, otras veces sin embargo, abre de par en par las ventanas de la vida para que entre el aire fresco y comprueba que allì, allì mismo donde vive es posible cantar y reir a un mismo tiempo.
Por eso, dice Silvia, los día que el miedo le pellizca prefiere esconderse hasta que pasan los temblores, hasta que pueda, de nuevo, recuperar la voz en sus canciones.

jueves, noviembre 19, 2009

Fotografìa de Emil Smithdt

Dice Silvia que hoy se despertó pensando en las personas que ha conocido.
En aquellas que ha amado intensamente, en las que vivieron en su corazón y fueron parte de ella.
Dice que a pesar de saber que algunas de esas personas no sembraron alegría, ni fueron valientes con la vida, y decidieron vivir en las tinieblas y arrastrarle a ella, dice, que a pesar de esto, aùn tiene un lugar tibio en su corazón para otras muchas, y dice que no le importa lo ocurrido, que ella mira al frente, que en sus manos aùn hay palabras suficientes, que la vida, no es vida si no se confía.
No, dice Silvia, la vida no es vida si no se confía.

miércoles, noviembre 18, 2009

Fotografìa de Emil Schildt

Dice Silvia que ella el amor no lo escribe con letras mayúsculas. Todo lo contrario.
Dice que para ella, es como el pan, cotidiano, como los latidos, íntimos, dice que no cree en el amor de grandes aspavientos, en ese amor suicida, idealizado, que no se alcanza porque vuela demasiado alto.
Dice que para ella, el amor, nunca se viste de domingo, ni huele a perfume, ni va con los puños de la camisa almidonados.
El amor, dice, huele a fogòn, a sàbanas estrenadas y hay que buscarlo, paso a paso, entre la rutina, los triunfos y los fracasos.

viernes, noviembre 13, 2009

¿por què escriben las mujeres?

Cuadro El grito nº3 de Guayasamin

¿qué vale una mujer?, ¿para qué sirve una mujer viviendo en puro grito?
(Angela Figuera)


Hay una mujer que nos habla desde las raíces, desde la tierra, desde la sangre primigenia, esa mujer viene atravesando la infamia con sólo su dolor por bandera, esa mujer es la misma que llevan dentro las modistas, las prostitutas, las trabajadoras, las artistas. Esa mujer, de huesos y arcilla, de palabras poco convenientes, la misma que presenció el parto primero, esa mujer nos dice en alta voz o en susurros que venimos de la misma herida y que juntas debemos salir a la luz a golpe de verso o de salario.

Venimos de un mundo que nos da la espalda.

Por lo tanto nada nos distingue somos todas y ninguna.

Y porque nos une esta realidad de siglos nuestra poesía, debe ser igual que la labor de las mujeres en el campo o en los negocios. Debe ser pan, canción, elegía. Debe ser una poesía sin tapujos, sin paños calientes, una poesía de pecho al descubierto, de larvas y de rosas. Como hicieron antes, como están haciendo tantas. Poetas o maestras.

Escribir es una costumbre, es en un acto subversivo, de compromiso con todas nosotras, como si fuera un delirio, una victoria , una letanía.
Escribir, verso a verso, golpe a golpe, con todos los ayes y los hasta siempre.
Escribir como si fuera un largo etcétera, un borrón y cuenta nueva, un escozor, una protesta utilísima .
Escribir, porque nos arrinconan, nos parten el corazón y nos dejan solitarias, calladas, ahogando la voz con musgo o con piedras.
Escribir es firmar un pacto solidario por las que están en la penumbra, escribir es dar la mano, es soltar palomas, es decir, simplemente aquí estamos desde el principio.
Aquí estamos.

Por esto obedezco el dictado de la mujer primigenia que está en nosotras salvándonos de todos los abismos y escribo mientras hay quien anónimamente enhebra los sueños o los amamanta.

*
Escribir desde las mujeres que somos, desde la mujer que soy es un acto de rebeldía.
Que quede nuestra palabra impresa para que no digan nunca que nos escondimos.
Para que no digan.
Para que no sigan diciendo.

*
Silvia Delgado Fuentes, sábado 26 de mayo 2007.

jueves, noviembre 12, 2009