miércoles, noviembre 25, 2009

Dice Silvia que el viento golpeò toda la noche las paredes de su casa, parecía un animal herido luchando contra la muerte. Dice que al amanecer se rindió y quedó un aire suave, dòcil, agradable.
Dice que le pareció la metáfora del ser humano, rebelàndose salvaje, golpeando las paredes del corazón, resistiendo hasta agotarse, hasta rendirse a los pies de la vida, hasta aceptar que la muerte es ese aire suave que llega al amanecer después de una noche tremenda y larga.

2 comentarios:

ralero dijo...

Pero debe ser tan frío...

Abrazos.

Gaceta Virtual dijo...

¡Precioso! ¡Sencillamente precioso!