Dice Silvia que lo realmente jodido de la vida es rendirse. Dice que arrodillarse ante la evidencia de que algo por lo que se ha peleado con todos lo ovarios no va a conseguirse es la peor de las patadas, la peor de las puñaladas, el tiro de gracia màs certero.
Dice Silvia que ella no tiene el corazón preparado para esto. El suyo ha sido siempre un corazón combatiente, con el puño en alto, acostumbrado al fuego y a la metralla, al exilio y a las trincheras pero ahora es un corazón rendido, con los brazos caìdos, batido en retirada.
Dice Silvia que hoy sus sueños estàn turbios y ya no tiene patria.
Y ya no tiene nada, apenas un camino que desandar, apenas una lucha que olvidar.
Dice Silvia que ella no tiene el corazón preparado para esto. El suyo ha sido siempre un corazón combatiente, con el puño en alto, acostumbrado al fuego y a la metralla, al exilio y a las trincheras pero ahora es un corazón rendido, con los brazos caìdos, batido en retirada.
Dice Silvia que hoy sus sueños estàn turbios y ya no tiene patria.
Y ya no tiene nada, apenas un camino que desandar, apenas una lucha que olvidar.
Esto es lo que tengo:
Unas manos vacìas,
una inhóspita geografía.