miércoles, enero 27, 2010

Dice Silvia que el mundo està partido en dos mitades.
Ellos y nosotros, separados por un abismo de crueldades.
Ellos y nosotros, blanco y negro, sin grises ni otros colores.
Ellos y nosotros, orden y desorden.
Ellos y nosotros, muñones y manos que se abren.
Ellos y nosotros, silencio y palabras a borbotones.
Ellos y nosotros, silencio y gritos desgarradores.
Silencio y rabia.
Silencio y siglos de infamia.
Ellos y nosotros, uno y otro lado enfrentados.
Ellos en su tierra yerma.
Nosotros en la nuestra.
Tierra de esperma y primaveras.

sábado, enero 23, 2010


Dice Silvia que mañana comerà con una joven que pasò la niñez en su casa. Dice que es una hija màs de la precariedad emocional, que pasaba los dìas de bar en bar con su madre, hasta la madrugada, triste, muy triste.
Los ojos de esa niña vieron lo que nunca debieron mostrarle.
Dice Silvia que mañana van a comer juntas para celebrar que pese a todo, la vida va a recompensarla borrando con amor la mirada terrible de su infancia.

martes, enero 19, 2010

Dice Silvia que sus dos hermanos estàn en el paro. El mayor, hace tiempo y su hermana, ayer recibiò la buena nueva. Dice que cada uno con sus respectivas hipotecas, cada uno con sus cargas familiares, cada uno con su madurez a cuestas.
Dice que està furiosa porque a los empresarios les sale gratis arruinar la vida de la gente, y que en momentos como este piensa en esas familias que no se pueden ayudar porque no hay donde rascar y su existencia se convierte en un terrirorio en guerra donde el pan y la salud escasean. Dice Silvia que no le vengan hoy con discursos pacifistas, de paz y amor y armonia, que no le venga nadie diciendo lo de siempre, lo de los brotes verdes, porque està hasta los ovarios de tanto discurso banal, de tanta indecencia.

sábado, enero 16, 2010


Dice Silvia que la poesìa a veces es un eco desagradable que perpetùa lo establecido, a veces, la poesìa, tiene bien peinado el cabello y mira desde la otra orilla, complaciente y grosera.

Dice que participa asì, de ese crimen perfecto que es la indiferencia.

Porque la poesìa la hacen hombres y mujeres a veces demasiado dòciles que buscan la trascendencia màs estùpida, el reconocimiento màs obsceno.

Dice Silvia que hoy se despertò con ganas de decir esto, porque le produce nauseas saber que mientras muchos poetas, desde su trinchera estàn diciendo una y otra vez basta, basta, basta, hay otros que celebran sus lujosas ediciones y brindan risueños, muertos de solidaridad y de compromiso.

jueves, enero 14, 2010


Dice Silvia que se puede vivir sin amor, sin ternura, pero es como convertir el corazòn en un muñòn seco agarrado al pecho.
Dice que los que viven asì, mendigando tinieblas, llevan en la mirada tristeza en tempestades, llevan en las palabras rencor a manos llenas, llevan sobre la espalda dolor y màs dolor y màs dolor.
Dice Silvia que los que viven sin abrir el corazòn a la ternura, deambulan fantasmales marcados por una existencia frìa y solitaria donde cada latido, cada caricia es el peor de los patìbulos.

domingo, enero 10, 2010

Dice Silvia que el amor quizà no sea màs que voluntad, el deseo de dos personas por explorar el mismo camino, con todas las sorpresas, con todas las heridas, con todos los sueños al vuelo.
Y no decir quizàs, ni tal vez, ni mañana.
El amor, dice Silvia, no sabe de cobardìas ni de rutinas, sale a la vida omnipotente para buscar su sitio en las trincheras o en las oficinas.
El amor, dice, puede con todas las ruinas, pero es preciso que sean dos los corazones que se dispongan a apuntalarlo, piedra a piedra, caricia a caricia.

viernes, enero 08, 2010


Dice Silvia que estos dìas està terminando un poemario que le ha llevado màs de un año de trabajo. Dice que son versos àsperos donde el ser humano no sale bien parado y que estos meses atràs de tanto pensar, de tanto leer, de tanto indagar la realidad màs brutal, casi cae al vacìo.
Dice Silvia que es probable que estos versos no vayan a ser leidos por nadie, pero al menos le han servido para saber que aùn todo es posible.
Aùn hoy, los sueños son nuestra victoria.

miércoles, enero 06, 2010

Dice Silvia que a veces nos exigimos demasiado. Dice que parece como si lo quisiéramos todo ordenado, limpio. Queremos ser perfectos, ser buenos, ser justos, ser dioses minúsculos de barro, queremos que los demàs sigan nuestro ejemplo, que caminen por nuestro sendero, que respiren el mismo desaliento.
Dice Silvia que es agotador esto, pues cada cual intenta traer para su lado al mundo y tira y tira de la soga y no nos movemos un solo milímetro, porque hay tantos mundos, senderos, desalientos, como corazones tirando.

viernes, enero 01, 2010

Dice Silvia que a veces no es bastante vivir en el mismo país, ni siquiera es bastante compartir el mismo pan ni el mismo techo para comprenderse. Dice que las palabras en algunos casos no alcanzan para explicar los deseos del otro, y es como lanzarse piedras mutuamente, como hablar a un mismo tiempo, como gritar en dos idiomas diferentes. Dice que no sabe por què ocurre esto, por què se dan la espalda y riñen y se pellizcan las palabras mientras hablan.
Debe ser, dice Silvia, que no sabemos escuchar, que desenvainamos la voz antes que el otro hable.