Dice Silvia que de niña aprendió que para defenderse de la hostilidad lo mejor era permanecer callada, que nadie la viera, que nadie supiera que estaba ahí, agarrada a sus rodillas, aguantando la respiración en un rincón oscuro.
Dice que hoy intenta que no sea así, trata de hablar, de contar, de gritar, intenta desanudar su garganta para que las palabras fluyan y relaten el miedo que siente cuando el mundo se convierte en un lugar hostil.. pero de nada sirve.
Es tarde, ya nadie la ve y lo que es peor ya nadie la escucha.
Palabra sobre palabra,
todas mudas,
todas tan sordas.
Dice que hoy intenta que no sea así, trata de hablar, de contar, de gritar, intenta desanudar su garganta para que las palabras fluyan y relaten el miedo que siente cuando el mundo se convierte en un lugar hostil.. pero de nada sirve.
Es tarde, ya nadie la ve y lo que es peor ya nadie la escucha.
Palabra sobre palabra,
todas mudas,
todas tan sordas.