domingo, mayo 18, 2008

Dice Silvia que de niña aprendió que para defenderse de la hostilidad lo mejor era permanecer callada, que nadie la viera, que nadie supiera que estaba ahí, agarrada a sus rodillas, aguantando la respiración en un rincón oscuro.
Dice que hoy intenta que no sea así, trata de hablar, de contar, de gritar, intenta desanudar su garganta para que las palabras fluyan y relaten el miedo que siente cuando el mundo se convierte en un lugar hostil.. pero de nada sirve.
Es tarde, ya nadie la ve y lo que es peor ya nadie la escucha.
Palabra sobre palabra,
todas mudas,
todas tan sordas.

sábado, mayo 10, 2008

Dice Silvia que hoy le duele el pecho, le cuesta respirar y está muy triste. Dice que no sabe qué fue lo que se instaló primero, quizá dice, vinieron las tres cosas al mismo tiempo y ahora danzan de la mano. Quizá.
Dice que hoy le hubiera gustado acercarse al mar para contemplarlo pero se consoló con escuchar a la gente feliz, desde la cama.
Se consoló imaginándolos caminar sobre la arena, mojándose los pies, riendo a carcajadas.
Mañana, el mar,
estará esperando
con su lamento de siglos.

miércoles, mayo 07, 2008

Dice Silvia que hay quien vive sin mirar de frente su propio corazón y lo deja abandonado a merced del frío o del espanto.
Dice Silvia que el corazón, solo, escondido en un cuerpo que lo exilia, se cubre de musgo y calla y calla y calla hasta que olvida cómo era eso de vivir.
Corazón, yo sí te miro,
dí todo lo que tengas
que decir.