sábado, febrero 28, 2009

Dice Silvia que para recuperar la ilusión a veces sòlo es necesario, que la vida te haga un guiño , que parpadee lentamente mirándote a los ojos.
Dice que el camino està lleno de signos a los que es preciso aferrarse con todos los huesos, con todos los corazones.
Dice que en multitud de ocasiones nuestra mirada està turbia y no alcanza a ver estas señales hilvanadas en el aire, latidos de otros que te necesitan, que te aman, que te hablan en noches demasiado largas.
Dice Silvia que hoy despertó con un susurro apenas audible, una voz de siglos que le recordó que ella està aquí, en medio del camino y que aùn, aùn después de todo, hay quien no olvida su nombre ni su destino.

Con un sòlo parpadeo,
uno sòlo,
y todo empieza de nuevo

martes, febrero 24, 2009


Dice Silvia que la palabra no mata pero tampoco salva.
Dice esto porque a pesar de hacer uso de ella una y otra vez, los pilares de la barbarie no se derumban, ni siquiera se tambalean un poco.
Dice esto con tristeza porque ella es poeta, y los poetas tienen el único sueño de hacer con la palabra tierra fértil en canciones.

Surco a surco
vamos sembrando
pero la tierra no da sus frutos.

viernes, febrero 20, 2009

Dice Silvia que ella exige en el amor un viaje de ida y vuelta. En los amores nacidos de ùteros compartidos y en los amores encontrados por el camino. A todos les pide lo mismo, que tomen sus caricias, pero que cuando puedan se las devuelvan. Nadie quiere un corazòn vacio de ternura.

Nadie quiere un corazón vacìo
Nadie lo quiere
No sirve.

miércoles, febrero 18, 2009

Dice Silvia que en la sociedad donde ella vive la gente enferma de casi cualquier cosa. Dice que hay quien enferma porque come demasiado o porque se come demasiado poco, hay quien enferma porque pone extremo cuidado en no enfermarse, los hay que debilitan su salud por hacer demasiado ejercicio, los hay que enferman por el juego, por el excesivo uso de internet, por el abuso de somníferos, porque compran compulsivamente, hay quien se deprime, quien se suicida, quien maltrata, quien bebe, quien esnifa, quien se duele de su soledad y quien se duele por las malas compañías.
Dice Silvia que ella cree que hemos construido paraísos artificiales a la vez que hemos descuidado los corazones y caminamos por los días buscando no sè què que pueda consolarnos, algo que nos ayude a salvarnos del abismo y entonces la comida, el juego, las drogas nos sirven fugazmente para llenar el vacìo inmenso que quedó en el hueco de nuestros pechos.

sòlo el corazón
llena los silencios


viernes, febrero 13, 2009

Dice Silvia que estos días ha buscado una huella, una señal cualquiera que le conduzca a la esperanza.
Dice que desconoce la geografía donde vive o malvive, que ha tratado de averiguar còmo se llega hasta ella, por què caminos ha de perderse para encontrarla, ha estudiado mapas antiguos, ha mirado las estrellas, ha consultado sus sueños pero no hay rastro. No ha dejado ni un poco de pan para seguirla, ni siquiera un puñadito de làgrimas, nada.
Dice Silvia que por las noches, cuando el universo calla, ella piensa que de alguna manera se romperà el silencio y una voz reconocible le dirà còmo llegar hasta su casa, a la mil veces humillada casa de la esperanza.

Voy a encontrarte,
donde quiera que estès,
aguanta hasta que llegue.


viernes, febrero 06, 2009

Dice Silvia que de todas las cosas que le aterrorizan, la que màs le hace temblar el corazón es la violencia verbal.
Dice que ella no comprende las múltiples caras de agresividad que nos rodean, que hay un cordòn invisible que une todas y cada una de las violencias, pero que la verbal, el golpe certero de una palabra dicha en voz alta, furiosamente, con la clara intención de doler y de que no queden marcas, es tan monstruosa, como una ejecución pública.
Dice Silvia que las personas que practican el insulto, la amenaza, el grito, la voz alta están tan alejados de la bondad que viven sabiéndose verdugos sin remedio.

Después del grito
sòlo existe para tì
el patíbulo.