Dice Silvia que el viento golpeò toda la noche las paredes de su casa, parecía un animal herido luchando contra la muerte. Dice que al amanecer se rindió y quedó un aire suave, dòcil, agradable.
Dice que le pareció la metáfora del ser humano, rebelàndose salvaje, golpeando las paredes del corazón, resistiendo hasta agotarse, hasta rendirse a los pies de la vida, hasta aceptar que la muerte es ese aire suave que llega al amanecer después de una noche tremenda y larga.
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2 comentarios:
Pero debe ser tan frío...
Abrazos.
¡Precioso! ¡Sencillamente precioso!
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