
Dice que vivir asì de acelerados nos impide mirar para adentro, interrogarnos, detenernos un instante para descubrir el lugar exacto donde se esconden nuestros dolores.
Dice que le gustaría que un dìa cualquiera el mundo se parara en seco. Y cada uno tuviera que escuchar a su corazón atravesando el silencio.
Dice que seguramente, muchos de nosotros, descubriríamos que no estamos huecos, que podemos mirarnos sin desprecio, que podemos amarnos sin miedo.
Y todo cambiarìa.
3 comentarios:
y por qué no el lugar exacto donde se esconden nuestros afectos, anhelos, etc.?
pues tambièn, je, je
Sin duda. Ya lo dijo Tuiavii de Tiavea. Como otras tantas cosas acerca de nuestro extraño modo de desaprovechar lo esencial como consecuencia del afán desmedido por lo superfluo que nos mueve.
Abrazos.
Publicar un comentario