Dice Silvia que hoy le duelen los ovarios. Durante unas horas los pellizcos le recuerdan que aùn puede ser madre, que aùn hay tiempo, que su cuerpo està listo.
Dice que las mujeres vemos como nuestro cuerpo se prepara todos los meses para esto, aunque no queramos hacerle caso, aunque nuestro pensamiento desee pasar de largo.
Durante unos días al mes recordamos que nuestro interior, es tierra, es futuro, es cobijo.
3 comentarios:
Sí, el dolor también puede ser fructífero; y eso es un motivo para la esperanza.
Un abrazo.
Un fragmento plagado de un intenso silencio, aquel que sólo atesora los sentimientos más hermosos y el dolor más puro.
Felicidades por un texto bien logrado, exquisito y de una calidad narrativa muy sencilla, pero que a su vez es la más difícil de lograr.
Directo al corazón de las mujeres que leen, desde el corazón de la mujer que canta.
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