jueves, diciembre 03, 2009

Fotografìa de Misha Gordin.

Dice Silvia que no entiende tanta pedrada, tanta blasfemia, tanto golpe en la espalda

Dice que no entiende la venganza, el rencor derramándose gota a gota en cada gesto, en cada mirada.

Dice que las personas que hacen uso de esto con naturalidad, como si fuera correcto hacer daño, como si fuera natural dañar, no miden el dolor que causan, no ven la piel que rasgan, no ven nada. No aman.

Pues sòlo el amor limpia la mirada.

Sòlo el amor señala las palabras de odio y las amordaza.

2 comentarios:

ralero dijo...

No, no resulta fácil de entender. Aunque quizá en parte puede explicarse -que no justificarse- en el culto exhacerbado a la competitividad y al éxito como (sin)razón de vida. Y así olvidamos que en la operación triunfo de la vida -como en la otra- el crecimiento del triunfador se alimenta de la sangre del fracaso. Comencemos a hablar de cooperación arrinconando a la competitividad donde merece y quizá, sólo quizá, comiencen a cambiar las cosas.

Abrazos.

Gaceta Virtual dijo...

Cuando cada palabra es denuncia, exigencia, reclamo apasionado, cuando cada palabra se transforma en la voz del que calla; no debe preocuparse por los odios que enciende entre la mezquindad contemporánea.