
Dice que esto es peligroso, pues poco a poco vamos olvidando como llamar a las cosas por su nombre
Dice que esta economía del lenguaje nos lleva a mundos lineales, donde solo cabe una tristeza y habrá una sola alegría y una única injusticia.
Dice Silvia que el lenguaje, la palabra, une los corazones, nos muestra los infinitos matices, nos permite acercarnos al otro, aceptarlo por la diferencia de sus expresiones pero si dejamos de usarlo, lo anquilosamos, lo relegamos a cuartos oscuros, si dìa a dìa aplicamos esta economía mezquina de nuestros sentimientos, de nuestras miradas, poco a poco, dice Silvia, seremos sòlo seres idénticos sin nada que decirnos.
Tu mundo
es tu palabra.