sábado, marzo 21, 2009

Dice Silvia que a veces, cuando escucha a la gente, piensa en lo que en verdad estan queriendo decirle.
Dice que a veces, detrás de las palabras, en el fondo de una conversación trivial, intuye que hay una llamada de auxilio. De alguna manera, dice, los ojos, las manos, la tristeza supurando por todas las heridas le cuentan que hay algo que no se escucha pero que late invisible.
Y dice también que mientras no se deletreen los dolores serà imposible calmarlos.

No secuestres las palabras,
Déjalas libres
Que hablen.

3 comentarios:

MIRIAM dijo...

Es totalmente cierto eso. La gente habla de cualquier cosa, pone las palabras a girar, pero en sus manos aparecen otras bocas que gritan y piden auxilio. Hay que mirar las manos. Un abrazo

Edu dijo...

Quien pretende encarcelar la palabra, prohibirla o asfixiarla, lucha contra un imposible, es como querer atrapar al viento en una jaula o al agua en un castillo de arena.
Un Saludo.

Silvia Delgado dijo...

Si, las palabras que no se dicen atraviesan la piel de cualquiera de los mundos para explicarse.
Gracias Magadalena, gracias Edu, por leerme y sobre todo por hacerme sentir que compartimos utopìas. Un abrazo, Silvia.