
Dijo que iba a quitarme la mugre, los piojos.
Dijo que tenía que ser por el día sirvienta
por la noche soltarme las trenzas
y no cerrar la puerta.
Dijo que me aguantara las náuseas,
que no llorara,
que a mí qué más me daba quitarme las bragas.
Dijo que estuviera callada,
que tragara saliva,
Que no temblara.
Por un plato de comida tuve que abrir
mil y una veces las piernas.
Para no morir de hambre.
Para no morir otra muerte.
Para no morir otra muerte temprana.
Dijo que tenía que ser por el día sirvienta
por la noche soltarme las trenzas
y no cerrar la puerta.
Dijo que me aguantara las náuseas,
que no llorara,
que a mí qué más me daba quitarme las bragas.
Dijo que estuviera callada,
que tragara saliva,
Que no temblara.
Por un plato de comida tuve que abrir
mil y una veces las piernas.
Para no morir de hambre.
Para no morir otra muerte.
Para no morir otra muerte temprana.
2 comentarios:
Ouraleeees esta mega intenso tu poema, estuve layendo algunos y están geniales!!!! Me gusto muuuucho tu blog te sigo besiiitos!!!
Cuántas muertes a diario es preciso sufrir a veces para sobrevivir, subvivir, malvivir, no morir del todo. Cuántas. Y qué injusto. Y qué triste.
Abrazos.
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