jueves, enero 17, 2008

Dice Silvia que hoy vio un indigente llorando mientras pedía en una calle. Dice que conoce a este hombre desde hace tiempo, que desde hace tiempo la calle es su casa y su dignidad está en el interior de una gorra que coloca sobre la acera. Dice que no sabe cómo pudo llegar hasta ahí, que es joven, que los inviernos son muy fríos y ya no hay portales abiertos.
Dice Silvia que al pasar a su lado él mira de frente y ella sin embargo, camina mirando al suelo. Dice que no bastan unas monedas, ni un plato tibio para resarcir a este hombre sus miserias.
Dice que no se trata de piedad, que este hombre, otros hombres, otras mujeres, nacieron con el derecho a pan y abrigo que se les niega y dice Silvia que maldita esta sociedad que los convierte en invisibles a los ojos de cualquiera.
Maldita sociedad de mierda
que esconde la mano
y arroja las piedras.

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