Dice que entonces hace repaso y mira hacia fuera y vigila a sus seres amados para asegurarse de que todo está bien, que sus vidas fluyen tibias, con absoluta normalidad.
Dice que la inquietud no la deja en días como estos y siente que a sus espaldas se fragua un dolor ajeno que no puede remediar.
Días como estos, dice Silvia, nada le convence.
Fantasmas que no son suyos pisan los talones de alguien y no se lo quiere contar.
Este nudo en el pecho
no se va haciendo solo
ni solo se podrá desatar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario