sábado, octubre 20, 2007

Dice Silvia que a veces se despierta con el corazón anudado. Como si estuviera atado a un presagio, como si le quisiera desvelar con este signo que algo sucederá.
Dice que entonces hace repaso y mira hacia fuera y vigila a sus seres amados para asegurarse de que todo está bien, que sus vidas fluyen tibias, con absoluta normalidad.
Dice que la inquietud no la deja en días como estos y siente que a sus espaldas se fragua un dolor ajeno que no puede remediar.
Días como estos, dice Silvia, nada le convence.
Fantasmas que no son suyos pisan los talones de alguien y no se lo quiere contar.
Este nudo en el pecho
no se va haciendo solo
ni solo se podrá desatar.

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