miércoles, septiembre 26, 2007

Dice Silvia que ella comprende muy pocas cosas, que sus pensamientos son lentos, fatigosos.
Dice que siempre fue así, que sus preguntas se arrastran en el tiempo y no encuentra las respuestas o no las entiende o pasan de largo.
Dice que trata de interpretar los signos, los gestos, las voces pero nunca consigue descifrar nada.
No entiende por qué hay seres humanos que encuentran placer en el dolor ajeno.
Dice que piensa una y otra vez en estas cosas, hasta el agotamiento y se acuesta extenuada y sin respuestas.
Dice que ella no es una santa, que su corazón está también lleno de agujeros y de larvas y se asusta imaginando que un día puede que alguien sienta que ella hizo el mayor de los daños posibles.
Hay monstruos
que andan en nosotros
como si fuera su casa.

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