viernes, septiembre 28, 2007

Dice Silvia que no quiere ser ella misma. Dice que un día le gustaría abrir el armario y encontrar en él otros vestidos, otros zapatos, otras camisas. Le gustaría mirarse en el espejo y ver otros labios, otro cuerpo.
Le gustaría escucharse hablar en otra voz, con otras palabras, le gustaría ser dueña de otras manos, otras piernas, otra espalda.
Le gustaría no tener pensamientos desordenados, ni opiniones, ni quejas.
Pero sobre todo lo que más le gustaría es no tener estos ojos que lloran, que vigilan.
Sin ellos, dice, su vida sería más tranquila.
Acaso los sueños
puedan teñir de azul
los días.

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