Dice que sus pequeñas palabras son sólo eso, diminutas esperanzas que no saben ir muy lejos.
Dice que tiene los huesos castigados de tanto canto, de tanta vergüenza, de tanto desamparo.
Dice que entre los muslos del alma sólo le queda un puñado de poemas a medio parir y un grito oscuro que no le deja seguir.
Volverás, limpia,
con las manos llenas,
con la frente escrita.
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