martes, julio 03, 2007

Dice Silvia que le gustaría aprender a lavarse los ojos, sí, dice que le gustaría ir al río, ponerlos a remojo, perfumarlos con agua de lavanda y después, con ellos aseados, dice que le gustaría sentarse a contemplar el mundo lleno de asombros.
Dice que le gustaría eso, tener esa mirada sin edad, ni blasfemias.
Dice que ayer cuando sus ojos iban a ser sepultados con el gastado parpadeo de piedra, alguien se acercó a ellos y se los limpió.
Con destreza,
como si fuera un oficio antiguo,
sacó brillo y barrió toda la pena.


2 comentarios:

Alma dijo...

Si Dios un día cegara toda fuente de luz,
el universo se alumbraría
con esos ojos que tienes tú.
Pero si —lleno de agrios enojos
por tal blasfemia— tus lindos ojos
Dios un día te arrancase, para que el mundo
con la alborada de tu pupila no se alumbrase;
aunque quisiera, Dios no podría
tender la noche sobre la nada....
Porque aún el mundo se alumbraría
con el recuerdo de tu mirada.

José P.H. Hernández — Ojos Astrales (1892)

Anónimo dijo...

Hay una canción de Silvio Rodríguez que dice:

Si me dijeran: pide un deseo
preferiría un rabo de nube
un torbellino en el suelo
y una gran ira que sube
un barredor de tristezas
un aguacero en venganza
que cuando escampe
parezca nuestra esperanza
un barredor de tristeza

Qué honor debe haber sido para ese alguien sacar brillo y barrer tu pena.