Dice que cada uno de nosotros sobrevivimos una y otra vez a las barbaries del amor, la traición, o la familia.
Dice que tomar conciencia de esto, saber que tarde o temprano volveremos a naufragar, a no tocar fondo, a nadar a contracorriente, saber esto, asumirlo como inevitable y cierto, nos hará reconocer el inmenso desamparo en el que nos han dejado.
Y entonces, dice Silvia, podremos, al fin, perdonarnos.
Yo sé que no pudiste,
tu corazón nunca estuvo iluminado,
el amor ,te dejó en pelotas, te dejó temblando.
3 comentarios:
Sueño ilusorio que nos mantiene esperando las olas para luego verlas como arrastran lo que ha quedado en la arena.
De no brillar con luz propia, ¿quién ilumina el corazón?
DTB
Dile a Silvia que le dejo un beso
De eso te puedo hablar Silvia, de eso si, yo he sido sobreviviente de la hecatombe familiar. Y a veces no puedo perdonarme haberlo sido
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