martes, febrero 20, 2007

Dice Silvia que a ella, aún, no le amputaron esa necesidad delirante de creer en las personas.
Dice que siempre le ocurre lo mismo, que va por la vida a pecho descubierto y no ve más allá, e ignora las máscaras, y acepta todas las palabras como ciertas, y no se le ocurre pensar que las proclamas son falsas.
Creer, una y otra vez ,es su única rebeldía.
Dice que no aprenderá jamás a desconfiar.
Silvia dice todo esto y le arde la boca mientras habla, dice esto porque reconoce que siempre es lo mismo, los mismos cantos de sirena, los mismos encantadores de serpientes, los mismos genios con sus lámparas, dice esto mientras desaloja de su presente todas las farsas, para empezar de nuevo, y olvidar tanto olor a hipocresía, tanto acoso, tanta ira.
dejan su hostilidad en cada puerta,
y mientras tragan saliva
huyen muy deprisa.

4 comentarios:

CEL dijo...

No he perdido la fe, creo en las personas, por una manzana podrida, la separo y me quedo con el resto.

Un beso.

Anónimo dijo...

Desgranando fracasos,
terrores,
humillaciones.

Desenmascarando
con la mismísima esencia de máscara
de la palabra,
toda la farsa del mundo…

Creer y creer como acto de rebeldía. Renovar la apuesta.

Imposible no sentir como arden las papilas...

Alma dijo...

...¡sí! dijo...
dijo que se parece a Silvia.

DTB

Lety Ricardez dijo...

Ay Dios aquí vamos, casi me respondes lo que te dije arriba, y si, muchas decepciones, pero hay que seguir

Otro abrazo amiga del alma