miércoles, febrero 21, 2007

Dice Silvia que la realidad sobrecoge. La realidad cercana, la de aquí al lado, la del barrio, esta realidad que se desangra en la rutina, en el trabajo mal pagado.
Dice Silvia que a veces parecemos seres derrotados, pájaros sin vuelo. Dice que vamos en silencio, que los deseos son puños amputados, dice que estamos sordos, que somos animales mansos.
Dice que la esperanza se nos ha caído, ronca, sin gloria, que buscamos la otra orilla desesperados , que sobrevivimos brazada tras brazada y nunca es bastante..
Dice Silvia que este es un mal asunto, que vamos malheridos, casi muertos. Dice que hay quien se queda rezagado, ahí mismo, en lo más profundo y necesita que le den la mano.
Y dice Silvia que siempre hay quien ayuda a quien se está ahogando.
Y quien se aleja silbando.
No disimules,
nunca te han importado,
ni los perros, ni los seres humanos.

5 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

Silvia querida amiga, me duelen tus dolores ¿nunca te das un respiro, nunca te apoyas en un brazo amigo? Ay Dios yo no podría sobrevivir así, es que no puedo negarte que amo la vida, la amo, incluso esta que me fue dada,

Por eso vengo a leerte, con la esperanza de aspirar a través de tus palabras ese dolor y aliviarte al menos el segundo en que te leo, ese en que me desgarras y dejas en carne viva

Anónimo dijo...

Y dice Juarroz: Todo poema es un acto de celebración, aunque hable de lo más negativo, porque es un foco de intensidad vital y verbal, una especie de pequeña fiesta en el vacío"

No ecplisar la angustia es una liberación; la propia presencia deja de ser un espejismo en la fuerza de la voz

Anónimo dijo...

...y también el que da una piedra en vez de una mano.

Es lo que a veces no entiendo, como si cada uno viniera ya con
las cartas que le toca jugar y no tuviera posibilidades de
cambiarlas. Pero igual tiene que haber de todo, aunque no todo deja
sus marcas en nosotros.

DTB

CEL dijo...

Siento daño al leerte, es un extraño dolor, de pertenecer a esta raza que habita en el mundo, que nos estamos quedando ciegos, sordos y mudos.
Un beso

Lety Ricardez dijo...

Y llegué hasta aquí sin perderme ninguno. Ya volveré querida Silvia, sólo espero saber el animal que soy, a cambio de esta prolongada visita