jueves, febrero 08, 2007

Dice Silvia que cuando tenía un año se le cayó encima una cafetera con café hirviendo. Dice que su madre le ha contado que eran espantosos los gritos, que fue horrible recoger a su hija con el cuerpo abrasado.
Dice que aún tiene cicatrices por todo el brazo.
Dice que a los demás niños les daba asco. Pero que a ella le gustaba porque la piel nueva era suave, rosada, volcánica. Le gustaba sobre todo porque era insensible al dolor y podía pellizcarse y clavarse agujas hasta hacerse sangre.
Aprendemos demasiado pronto
a manejarnos solos entre
el dolor y el gozo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

exactamente eso le pasço a mi sobrino cuando tençia tambiçen un año. Era invierno y llevaba ropa gruesa, lo que agravço el problema. Le quedaron cicatrices en un brazo y en el pecho. Tiene 22 años.
Excelente blog. Me parece

CEL dijo...

Ante el dolor unos aprendemos más pronto que otros.

Un beso

Clarice Baricco dijo...

...y dice Cel que viniera a verte y digo yo que me encanté con tu alfabeto.

Un placer conocerte.

Abrazos...

Anónimo dijo...

La manera más rápida de aprender que algunas cosas nos pueden causar daño,
aunque definitivamente no es la mejor.

DTB

Supermamá dijo...

Tuve esa experiencia de niña con 9 años, por lo que lo recuerdo bien.
buen finde
bss

PD.: buen blog y buena recomendación de Cel, volveré.

Panchy dijo...

El dolor nos hace crecer y aprender, cuando sabes del dolor puedes comprender mejor muchas cosas.
Llegue a tu espacio pr medio de mi amiga Cel, sin duda no me arrepiento, precioso, felicitaciones.
Volverè.
Besitos.

MaLena Ezcurra dijo...

Me quedo con el alma en la mano.





Cel que es un bombonazo de chocolat, nos recomendo tus letras.

:) Abrazo

Lety Ricardez dijo...

Querida Silvia los que hemos sido "chuecas" por ser zurdas también sabemos de ese dolor quemante.

Te quiero amiga

Lety Ricardez dijo...

Silvia vuelvo y te digo aquí.

Cada una de las fotografías que adorna tu texto es impactante,
¿son tuyas también?