Dice Silvia que el sábado, cuando volvía a casa, de madrugada, vio a una mujer borracha   que a cada rato debía detenerse para reordenar el equilibrio y poder dar algún paso.... Dice que un niño tiraba de su abrigo, acostumbrado. Sin palabras.Dice Silvia que al día siguiente este niño se levantará temprano e irá a ver si su madre duerme, desayunará un poco de leche y esperará muy quieto que ella despierte.
Dice Silvia que seguramente al atardecer saldrán a la calle para comenzar de nuevo.
Y como todos los días, balbuceos, tropiezos, caídas.
Y como todos los días a la madrugada su propio hijo le dará náuseas...
Nadie explica cómo se cuida a una madre que bebe,
nadie lo explica.
Solo se aprende.


 




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