jueves, marzo 20, 2008

Dice Silvia que cuando era una niña se escondía debajo de las sábanas y con las manos cubriendo los oídos cantaba para no escuchar los gritos.
Dice que hoy continúa haciendo lo mismo, de igual manera, afuera, dice, el mundo chirría oxidado, afuera, los aullidos, los golpes, la miseria se baten en un duelo desgarrado y ella se esconde bajo las sábanas y se siente a salvo porque mientras canta sólo oye su voz aniñada.
Afuera, dice, hay días que no se oye más que el fragor de las batallas.
Una tregua.
Un respiro
frente al ruido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

palabras que atesoran la calidez de un homenaje a esa niña (mayor) felicidades Juan.

un abrazo.