Dice Silvia que para vivir no hace falta mucho; un techo, algo de abrigo, una mesa puesta, algo de amor y la esperanza de cada día.
Dice que esto es suficiente.
Dice que si alguno de estos cinco elementos escasea, la existencia comienza a llevarse a rastras, se convierte en pesadilla, en cruel rutina, en áspero epitafio.
Dice que ella conoce a muchas personas a las que les falta una casa o un vestido, o un plato de comida. Gente que perdió el amor y la esperanza la víspera de la vida.
Y Dice Silvia que es fácil despertar sin estos mínimos y dice que nadie está a salvo de que pueda ocurrirnos.
A veces la noche es
tan larga, tan larga,
que parece que nunca llegará día.
Dice que esto es suficiente.
Dice que si alguno de estos cinco elementos escasea, la existencia comienza a llevarse a rastras, se convierte en pesadilla, en cruel rutina, en áspero epitafio.
Dice que ella conoce a muchas personas a las que les falta una casa o un vestido, o un plato de comida. Gente que perdió el amor y la esperanza la víspera de la vida.
Y Dice Silvia que es fácil despertar sin estos mínimos y dice que nadie está a salvo de que pueda ocurrirnos.
A veces la noche es
tan larga, tan larga,
que parece que nunca llegará día.
1 comentario:
Leo tu post,
y me hace relexionar...
Y descubro lo afotunada que soy.
Porque gracias a Dios vivo con todo lo necesario, pero me acostumbro tanto a tenerlo, que se vuelve invisible su valor...
Líbranos señor de las desgracias de este mundo... La enfermedad, la pobreza y el desamor, los grandes sufrimientos de nuestro siglo...
Hermoso Silvia, tus palabras me dejan eco...
Besos. Inma
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