domingo, septiembre 02, 2007

Dice Silvia que hoy lo único que le queda son palabras, que lleva los bolsillos vacíos y las manos frías.
Dice que su piel está acuchillada, su mirada manchada y el dorso de su corazón en carne viva.
Dice Silvia qué solo tiene eso, un puñado de palabras crucificadas.
Y dice que morirá oreando sus heridas.
Sólo tengo versos,
que caminan de costado
mientras gritan.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Si me quedara un verso suelto, en el bolsillo, sería para usted. Y no sería lismosna, ni propina, sería un modo de hacer justicia.

Antonio Ruiz Bonilla dijo...

Silvia sabe refugiarse muy bien en sus heridas. Un saludo y espero que puedas visitarme.

Anónimo dijo...

Creo que te sientes muy sola y que el dolor del mundo es el tuyo propio, así sin más. Las espadas te atraviesan ese frágil corazón y las lágrimas de los otros resbalan por tus mejillas.
Creo que no eres feliz.
Creo que te escudas en el dolor de los desamparados para apaciguar tu tristeza.