jueves, septiembre 13, 2007

Dice Silvia que está preparándose para escribir un nuevo poemario.
Dice que es un ritual amargo.
Sabe que se acercará al abismo.
Sabe que tendrá que adentrarse en cada uno de los laberintos.
Dice Silvia que ella sabe que los poemas que nacen ahora mismo la conducirán lejos, y cada vez le cuesta más encontrar el camino de regreso. Cada vez le cuesta más recuperar el aliento.
Sabe que volverá a morirse entre sus versos pero es demasiado tarde para guardar silencio.
Poesía:
¿por qué a mi me abres las venas
y a otros acicalas y peinas?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No te acerques al abismo, ni nos coloques a los demás en el borde.
Olvida el camino, que el retorno siempre está ahí. Seguro que no te perderás. No necesitamos otro poemario, la sangre ya nos ha cubiero el cuerpo, y el dolor de los torturados, el alma. Deja de torturarnos tú también con tus palabras.
Por cierto, no respondes a los que te hacen una pequeña crítica.

Txin dijo...

tranqui anónimo si no te gusta no leas.

y ya que me pongo voy a contar un microrelato que acabo de leer y que es así:

Era un mercader rico, pero muy viejo, que tenía una mujer joven y hermosísima, a la que él mucho amaba. Una noche entró un ladrón en casa del mercader, y su mujer, que estaba despierta, , tuvo tanto miedo que se metió en la cama de su marido y lo abrazó tan reciamente que lo despertó. Entonces el vió al ladrón y le dijo: "Toma cuanto pudieres llevar y vete sin miedo, porque me has dado la dicha de que mi mujer me abrace"


Saludos

Tamara Jofré Zencovich dijo...

Silvia, creo que nos encontramos con la misma idea revoloteando en la cabeza.
Yo quiero un camino surcado de flores amarillas.


Cariños.

MIRIAM dijo...

Tus palabras son tan necesarias y bellas que aquí vengo con las vendas para curar las heridas. Estaré al otro lado, en la orilla de los egoístas que esperan el fruto parido con dolor.
Un abrazo grande.