sábado, agosto 04, 2007

Dice Silvia que acaba de terminar de escribir unos poemas y se siente hueca. Se los ha ido arrancando como si fueran huesos y ahora, de ella, sólo queda piel reseca. Igual que un fruto abrasado por un incendio. Igual.
Dice Silvia que siempre le ocurre, es un vaciarse voluntario y desgarrado, es un tocar fondo, es un deleitarse en las palabras más ásperas, en la realidad más doliente, en la más descarnada.
Dice que no volverá escribir, que no es necesario derrumbarse, ni transitar por la vida arrodillada.
Pero seguro que pronto copularán en su corazón palabras nuevas y nacerá otro puñado de versos en medio de su tierra gastada.
Nunca estarán sobre una mesa,
como el pan o como el agua.
Nunca.

2 comentarios:

MIRIAM dijo...

Cuando estoy a punto de salir a escena, esos 4 minutos antes; digo cosas como "es la última vez que lo hago" "ya estoy mayor para esto" "podría estar tomando un café" y asi... digo un montón de cosas, todas ciertas, todas plumas que se van con el viento del escenario.
Hay incendios que no se abandonan nunca, y cenizas de las que nacen otras vidas.
Abrazos.

Irantzu dijo...

Precioso eso de "copularán las palabras y nacerán nuevos poemas"...