martes, abril 10, 2007

Dice Silvia que cada uno de nosotros vive su propia vida como si no fuera a acabarse nunca, como si tuviéramos un elixir o un secreto, como si la eternidad fuera una certeza.
Dice Silvia que vivimos con absoluta temeridad, que somos suicidas del amor y del trabajo y dice que diariamente enterramos muchas cosas. Muchas. Que arrojamos puñados de ceniza sobre ellas y lloramos alguna lágrima y prometemos venganza o memoria como si nada.
Silvia dice esto porque tuvo que desenterrar sus decepciones, ponerlas a secar al sol, acomodar sus vestidos, tuvo que mirarlas cara a cara, llamarlas por su nombre, y decirles aquí estoy, soy vuestra, con mis huesos restaurados, aquí estoy, con mi arado, con mis versos convertidos en tierra.
Dice Silvia que ya están sus fosas vacías, ahora, dice, todo está en orden.
Ya puede recibir las visitas del amor y de la poesía.
Y tiene prisa porque ha aprendido que su vida termina.
Y tiene prisa.
el corazón conoce
cada una de las sepulturas
donde te escondes

4 comentarios:

Txin dijo...

me alegro me alegro de que vuelvas y además, parece ser, con ánimo renovado y atento a la mejor Maestra, la Muerte que nos enseña sobre la premura de nuestros días en este mundo y la importancia de adquiere cada acto, que puede ser el último. Para celebrar tu vuelta te envío este soneto de Quevedo que trata el tema, y aunque no lo acabe d entender, todavía, espero hacerlo, algun día.
CONOCE LA DILIGENCIA CON QUE SE ACERCA LA MUERTE Y PROCURA CONOCER TAMBIÉN LA CONVENIENCIA DE SU VENIDA, Y APROVECHARSE DE ESE CONOCIMIENTO:

Ya formidable y espantoso suena
dentro del corazón el postrer día;
y la última hora, negra y fría
se acerca, de temor y sombras llena.

Si agradable descanso, paz serena
la muerte en traje de dolor envía;
señas da su desdén de cortesía:
más tiene de caricia que de pena.

¿Qué pretende el temor desacordado
de la que, a rescatar, piadosa, viene
espíritu en miserias anudado?

Llegue rogada, pues mi bien previene;
hálleme agradecido, no asustado;
mi vida acabe y mi vivir ordene.

(Francisco de Quevedo)
otro día, si me acuerdo, te contaré un chiste de Quevedo

Ongi etorri

Anónimo dijo...

Mi querida Silvita: ¡Bienvenida! A la web, a la lucha, a las lecturas que hago por las mañanas antes de marchar hacia la escuela. Te quiero mucho. Un beso, Norma

Alma dijo...

A veces es lo contrario, como si solo quedaran minutos que quieren fundirse como gotas en el mar del tiempo..., con toda certeza de un final.

DTB

Lety Ricardez dijo...

No cabe duda que la intuición, vale tanto como el conocimiento, así he vivido y así vacié mis fosas hace tiempo, pero es necesario narrar las experiencias, otros recordarán vaciar las propias.

Te dejo un abrazo enorme mi querida Silvia