miércoles, febrero 14, 2007

Dice Silvia que tal vez un día pueda alcanzar con los dedos el fondo de sus sueños.
Tocarlos, tibios, acostumbrarse a su textura como si fueran ciertos, rozar con ellos el viento, alzarlos como si surgieran de una preñez de siglos y lanzarlos a la vida, como hijos recién paridos, como pájaros recién aprendidos.
Tal vez, dice Silvia, los sueños se caen diariamente de los ojos y se pierden entre arena, entre cemento, entre miseria, sin darnos cuenta, sin echarlos de menos, sin sentir nostalgia por ellos.
Tal vez los sueños, mis sueños, se estremecen porque no ven llegar el momento, porque cada vez, cada día, cada instante que perdemos, perdemos también una parte y cada día que pasa ellos caminan más al fondo, se convierten en muñones sombríos. Tal vez, dice Silvia podría llamarlos por su nombre.
Tal vez, dice, mis sueños, son viejos sueños compartidos.
Son simplemente, viejos sueños de justicia.
La vigilia
es el ocaso
de la vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado este también, ... me gusta más que otros sobre todo por su tono no tan pesimista, aunque al final también tira un poco para abajo... jeje. Y no es que no me guste lo pesimista o lo triste, pero sí que me repatea un poquillo cuando se trata de decir lo mal que está el mundo y lo pobrecitos que somos con lo buenos/as que somos

buenos sueños

Alma dijo...

...entonces hay que postergarla!
:-)

Tocarlos para verlos pasar y decirles adios y al voltear verlos de nuevo como si ya hubiesen dado la vuelta al mundo, a nuestro mundo.

DTB

CEL dijo...

Dile ha Silvia que los sueños los recoga al vuelo antes de que caigan al suelo, para seguer teniendolos y si son buenos no perderlos.

Un abrazo

Lety Ricardez dijo...

Te quiero Silvia, lo sabes, con todo el corazón, te admiro, te lo he dicho muchas veces, pero no envidio tu misión, Ay Dios, hay que tener valor para llevarla, para eso, sólo tú