viernes, enero 19, 2007

Dice Silvia que a ella le gustan los viejos, le gusta trabajar con ellos, le gusta observar sus destinos. Dice Silvia que le hacen reír a carcajadas.
Todos los días lava sus cuerpos flácidos, demasiado cansados y enfermos, les pone pañales y se los quita como si nada y ellos, van perdiendo el pudor, la vergüenza y bromean mientras les rocía con colonia para que no huelan, para que no digan que los viejos huelen a mierda.
Dice Silvia que algunos ancianos desean morirse, sin dramatismos ni despedidas. Rechazan la comida, rechazan el agua, las visitas... entonces se acuestan en la cama y esperan con los dedos entrelazados que la muerte se los lleve.
Dice Silvia que cuando esto ocurre, cuando un anciano se obstina en morir, no hay palabras, ni píldoras que lo arreglen. Simplemente muere. Simplemente y para siempre.
Sólo algunas veces
la muerte
es oportuna.

2 comentarios:

Lety Ricardez dijo...

No sólo los ancianos, cualquiera puede morir cuando se obstina Silvia.

Te quiero

CEL dijo...

si se quiere morir, no importa la edad, la muerte se torna tu sombra.

Un saludo