sábado, diciembre 16, 2006


Dice Silvia que ayer vio a dos hombres llorando.
Dice que le pareció que eran como dioses abrazados, hermosos.
Dice Silvia que hablaban de la amistad y de los silencios impuestos, que se miraban a los ojos y se tocaban, dice que parecía como si se dieran permiso el uno al otro para ser libres y después elegirse, dice que eran mayores , que no eran guapos, que parecía que acababan de salir del trabajo, que olían a serrín y a cansancio.
Dice que seguramente ninguno sabía su secreto hasta aquel viernes por la tarde...una cerveza trajo otra, y otra y otra y empezaron las confesiones y se soltaron las cadenas y entonces, si, entonces, lloraron.
Dice Silvia que seguramente hoy cada uno estará con su familia y lo de ayer por la tarde les dará vergüenza o asco.
El amor no debería tener
banderas
ni patria.

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