lunes, noviembre 06, 2006


Dice mi amiga Silvia que cuando llega a casa, y me encuentra en la cama es como si le clavaran agujas en las arterias. En todas..
Ella no comprende cómo es el dolor durante una noche inmensa . Ella no sabe esto y entonces se asoma enérgica en la habitación pero al rato se calma... me duelen las piernas, me duelen estas jodidas piernas que me faltan y no tengo morfina y la marihuana es escasa y no quiero que subas la persiana y no quiero asomarme a la ventana desde la que la vida me muestra sus arrogancias y lloro como ningún hombre aprendió a llorar.. .entonces Silvia se acuesta a mi lado, pone sus dedos sobre mi ombligo y espera hasta que siente palpitar el corazón.. esto es lo que cuenta, dice, al final de los días, esto es lo que suma y lo que resta, un corazón en pelotas, un corazón que se ulcera, un corazón que revienta.. y así, en la penumbra, escuchándonos llorar y respirar, yo me voy acostumbrando a sus dedos sobre mi centro y así, en la penumbra, fumo el porro que aún me queda y pienso que ella debería olvidar los pasos que hasta aquí le acercan.

Sabe que voy a morir
y creo que sabe cuando.

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