
Dice Silvia que la palabra no mata pero tampoco salva.
Dice esto porque a pesar de hacer uso de ella una y otra vez, los pilares de la barbarie no se derumban, ni siquiera se tambalean un poco.
Dice esto con tristeza porque ella es poeta, y los poetas tienen el único sueño de hacer con la palabra tierra fértil en canciones.
Surco a surco
vamos sembrando
pero la tierra no da sus frutos.
2 comentarios:
¿Y qué hay de esa pequeña parcela en dónde, en silencio y casi ofuscada, nace la flor entre tanta maleza?
Dile a Silvia, que el poeta es la lluvia sobre los campos y que confie: siempre hay manos trabajándolos. Florece hasta la roca. Aunque nos hayamos vuelto de espaldas, justo antes de comenzar el milagro.
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