viernes, diciembre 19, 2008

Dice Silvia que hace un tiempo llegó a sus manos un pájaro herido por las balas, tenía los ojos de tiza y las alas deformadas.
Dice Silvia que lo acompañò mientras se curaba del invierno. Dice que ya està casi sanado y ahora se golpea aterrado contra los cristales,
Dice Silvia que es tiempo ya de abrir las ventanas, dice que le duele imaginar su regreso al cielo de los pàjaros, le duele saber que no tendrá màs su pecho suave.
Le duele sì, pero es tiempo de dejarle ir, ya ha aprendido a esquivar disparos y pedradas.

Vete,
no te detengas.
Los hombres acechan.

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