jueves, mayo 17, 2007

Dice Silvia que hoy estuvo en la oficina de una compañía telefónica. Dice que aguardó su turno durante largo tiempo, que delante de ella, esperaban varios ancianos.
Dice que le sorprendió esto y puso atención en escuchar sus reclamos.
Ninguno reconocía los números a los que habían llamado.
Ninguno comprendía por qué tenían una conexión a internet que no utilizaban.
Ninguno entendía las facturas.
Y ninguno sabía cómo iban a llenar la nevera después de pagar esas conversaciones extras.
Dice Silvia que mientras estaba ahí, observando a las trabajadoras risueñas, hermosas, bien peinadas, mientras las veía, pensaba que todas ellas son cómplices de un fraude enorme y no les importa nada, ni el cansancio ni la terrible humillación de estos hombres y mujeres que deben agachar la cabeza y pagar como dios no manda.
Dice Silvia que se alejó triste, cabreada, maldiciendo esta sociedad de mierda que sólo respeta a los fuertes y a los más débiles los estafa.
perdón, viejos,
perdón por nuestros olvidos,
por nuestra desgana.

4 comentarios:

MIRIAM dijo...

Este es el mundo de los fuertes y los amos. Orgullosos ellos de fabricar máquinas inteligentes a tal punto que ya se convierten en una naturaleza que reemplaza perfectamente a la humana. Quizas de aqui a unos 200 años, las máquinas se pongan a fabricar humanos y entonces el reparto sea mas justo y la vida mas feliz. Besotes.

Txin dijo...

a mi modo de ver es una sociedad que ha llegado a ser tan desagradable para los humanos que está abocada a desaparecer, no hay más que ver el tono general de la gente por la calle. algunos sobreviviremos (jaja), los que tengamos el corazón lleno de la alegría suficiente para sobrellevar los difíciles tiempos que se avecinan
(de aquí a 40-50 años)
salud y buenos alimentos

Silvia Delgado dijo...

alguien guardó todas las palomas, alguien las está dejando morir de sed, debemos encontrarlas, sólo es eso, debemos poner todo nuestro empeño en rescatarlas del cautiverio, sólo así seremos lo que quisimos ser. Un abrazo para Miriam y otro para "Ondoloin"

Lety Ricardez dijo...

Ahí al menos todavía puedes culpar a esos empleados, aquí sólo te las entiendes con máquinas, explicas que deseas y altivamente te señalan la máquina telefónica con la deberás "dialogar"

Otro abrazo Silvia