miércoles, noviembre 22, 2006



Dicen los que lo han visto, los que saben de poesía, los que son dueños de la nostalgia y del mar que el nerval nunca podrá ser contemplado por un hombre tullido y una mujer extraña acostumbrada sólo a respirar...
Eso dicen, convencidos de su verdad.
Yo sólo sé que a veces, a lo lejos, un fulgor azulado nos deslumbra y parece como si hubiera un unicornio en el mar.. pero los que dicen que lo saben todo afirman rotundos que los unicornios no saben nadar...
La cordura
es el defecto
de los más débiles.

P.D.A partir de hoy, iré poniendo en este blog los poemas incluidos en “Las cuarenta chimeneas del infierno” de Silvia Delgado Fuentes, los iré escribiendo hasta que ella regrese y podamos, juntos, soñar de nuevo que una vez vimos algo parecido a un nerval.

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