lunes, diciembre 31, 2007

Dice Silvia que hoy brindará por la vida, por su techo, por el pan que hay sobre la mesa, por el amor a manos llenas. Dice que levantará su mano izquierda mientras las campanas repican demenciales. Dice que se sentará tranquila a mirar el cielo lleno de colores, a escuchar las risas que emanan de los balcones y no tendrá miedo a vivir porque noches como esta la esperanza visita todas las casas y deja su huella en cada una de las carcajadas.
Esperanza, no te demores,
ve al hogar donde no te
conocen.

sábado, diciembre 22, 2007

Dice Silvia que estos son tiempos postizos donde todo está demasiado confuso. Dice esto porque nunca sabe exactamente donde ubicarse a sí misma ni donde ubicar a los demás. Dice que son momentos de eufemismos. Donde no sé dice claramente que opinamos y peor aún no decimos que sentimos y damos rodeos para no permitir que la verdad salga como una bocanada de aire fresco.
Dice Silvia que andamos como niños perdidos sin querer admitir que fuimos, en algún momento de nuestras vidas, abandonados a nuestro destino.
No está escrito
donde debemos prestar el corazón
ni donde tenemos que perderlo.


miércoles, diciembre 19, 2007

Dice Silvia que hace poco estuvo enferma y perdió la memoria a causa de la medicación. Dice que no sabe qué hizo en esos días ni con quien habló ni si escribió.
Dice que esta es una sensación extraña, como si tuviera un agujero que de ninguna manera se llenará. Es como si hubiera estado sonámbula, como si se hubiera convertido transitoriamente en estatua de sal.
Dice que así deben sentirse muchos viejos cuando no reconocen ni a sus hijos ni al diablo. Cuando se observan en el espejo y no saben quien es esa persona que les mira fijamente y les hace muecas, descarada.
Dice Silvia que los recuerdos, la memoria, son nuestro mayor tesoro, lo que nos hace dignos a nuestros ojos y a los ojos de los demás.
Dice Silvia que pobres de aquellos que empiezan a olvidar.
Yo quiero morir
antes de olvidar
que una vez, viví.

lunes, diciembre 17, 2007

Dice Silvia que haber nacido poeta la obliga a creer en la palabra como si fuera un catecismo. También dice que la poesía es caprichosa, que ella es la que te señala a tientas, la que te nombra en la vejez o en la placenta.
La poesía, dice Silvia, redime a los poetas verso a verso.
Dice que no somos de paja, que nos negamos a pestañear, a postrar el corazón, nos negamos a morir en silencio, como pájaros en invierno.
Dice Silvia que ser poeta es casi una maldición.
Silvia dice esto porque de día y de noche escribe largos poemas que nadie lee y lo hace a pesar de saber esto, de tener la certeza de que morirán, tibios, callados. Los escribe a pesar de parirlos agonizantes, sin piel y sin abrazos.
Escribir es latir,
es dejar andar al corazón
de pie o de rodillas.

jueves, diciembre 13, 2007

Dice Silvia que para vivir no hace falta mucho; un techo, algo de abrigo, una mesa puesta, algo de amor y la esperanza de cada día.
Dice que esto es suficiente.
Dice que si alguno de estos cinco elementos escasea, la existencia comienza a llevarse a rastras, se convierte en pesadilla, en cruel rutina, en áspero epitafio.
Dice que ella conoce a muchas personas a las que les falta una casa o un vestido, o un plato de comida. Gente que perdió el amor y la esperanza la víspera de la vida.
Y Dice Silvia que es fácil despertar sin estos mínimos y dice que nadie está a salvo de que pueda ocurrirnos.
A veces la noche es
tan larga, tan larga,
que parece que nunca llegará día.

domingo, diciembre 09, 2007

Dice Silvia que últimamente siente que no es dueña de su vida, que suceden cosas que se le caen de las manos, que Eros y Tánatos están enfrentados en su corazón y no paran de abofetearse.
Dice que a ella le gustaría saber apuntalar los cimientos que se le derrumban.
Le gustaría no escuchar el ruido terrible de sus huesos despeñándose.
y dice Silvia que no va a dejar que se conviertan también en escombros su risa y su poesía.
Aquí estoy,
con mis ruinas,
desafiando a la vida.

martes, diciembre 04, 2007

Dice Silvia que ella piensa con frecuencia en la crueldad, en quienes la ejercitan de una u otra manera.
Dice que tiene miedo a despertar un día y verse a sí misma levantando la voz o la mano y ser feliz haciendo esto, dice que debe ser fácil borrar la piedad del corazón, que seguramente cuando uno se da cuenta de que esto está ocurriendo es demasiado tarde.
Dice que por eso, a cada rato reflexiona y revisa en su memoria y de momento, dice, nunca se ha alegrado de haber hecho daño.
No rías
esta brutalidad tiene
tu firma.

sábado, diciembre 01, 2007

Dice Silvia que ella no entiende a las personas que se amparan en el anonimato para escupir blasfemias.
Dice que es de gente muy cobarde no dar la cara, que ella se imagina el aspecto de estas personas y su manera de proceder por la vida, que seguro no saben apretar la mano, ni mirar de frente, que apuesta su salario a que dicen las cosas en voz baja, piden disculpas en cada paso y rinden pleitesía al amo.
Dice que esta clase de personas son los besamanos de quien manda y sienten envidia enferma de quien no precisa estar a la sombra de nadie y entonces, escriben anónimos y los cuelan por debajo de las puertas, o los cuelan en el correo virtual u ordinario.
Son así, chacales disfrazados.
Gentes de paja,
Gentes sin entrañas,
dóciles perros sin alma.