Dice Silvia que hoy, por la mañana, estuvo con su hermano. Dice que siempre está lejos, demasiado... que es un hombre guapo, callado, taciturno. Dice que vive en un universo tan opaco, tan desgarrado que cuando alcanza a verlo, siente como si se le desmoronaran los huesos.
Dice que hoy, después de estar con él, de despedirse, de verlo marchar con su camisa a cuadros y su inmenso silencio, dice Silvia que sintió que era un hombre al que el amor, le había convertido en un desterrado.
Y sintió tanto dolor, tanto, al mirar su cuerpo alejándose solitario, tan grande fue su daño, que se quedó paralizada hasta que al fin desapareció.
Y tras él, agarrado a su sombra, el desasosiego de todos los hombres que callan demasiado.
¡Ay, si yo pudiera,
arrancarte el dolor
con el que te parieron¡
Dice que hoy, después de estar con él, de despedirse, de verlo marchar con su camisa a cuadros y su inmenso silencio, dice Silvia que sintió que era un hombre al que el amor, le había convertido en un desterrado.
Y sintió tanto dolor, tanto, al mirar su cuerpo alejándose solitario, tan grande fue su daño, que se quedó paralizada hasta que al fin desapareció.
Y tras él, agarrado a su sombra, el desasosiego de todos los hombres que callan demasiado.
¡Ay, si yo pudiera,
arrancarte el dolor
con el que te parieron¡